791blog

26.10.09

Intensidad

Leemos en Radar una entrevista a Miguel Angel Solá, actor intenso radicado en Madrid.

¿Por qué no llegan a la Argentina los trabajos (películas, premios) que hiciste en España?
–Es que el empresariado de este país no me quiere nada: soy un buen actor que piensa y encima piensa mal de los otros.


La respuesta me gustó mucho. Es más, la usé esta mañana frente a la horda de acreedores enfurecidos que intentaban llevarse a cuenta la fotocopiadora, la máquina de café y el bakugan de pérez. Cuando uno de ellos, algo incómodo, nos pidió explicaciones por la taquilla anoréxica de nuestros estrenos, le dije: Es que el empresariado de este país no nos quiere nada: somos buenos distribuidores que piensan y encima piensan mal de los otros.

Anoté la respuesta en mi diario, para leerla frente al espejo cuando ande con la autoestima baja.

19.10.09

Unidad 25




En El Buen Samaritano y sus bemoles, Silvia Bleichmar criticaba el proyecto de una fundación que defendía la entrega gratuita a los indigentes de alimentos ya vencidos aunque todavía aptos al consumo. La ONG en cuestión apoyaba la modificación de las normas sanitarias vigentes para poder concretar la distribución de esos alimentos desde los productores hacia los supuestos beneficiarios. Bleichmar se oponía con tenacidad a ese proyecto, que el sentido común calificaría como una buena acción casi inatacable, ya que consideraba que le quitaba a quienes nada tenían lo último que poseían: su humanidad.

Luego de ver Unidad 25 de Alejo Hoijman que trata sobre el pabellón evangélico de la cárcel de Olmos, en donde los presos disfrutan de una cierta libertad, sin temor a ser maltratados por otros reclusos o el propio personal penitenciario, recordé el ensayo de Bleichmar. No hay en esta cárcel violaciones ni asesinatos, solo lecturas de la biblia, conversaciones religiosas y muchos, muchos cánticos grupales. La película sigue el camino recorrido por un joven preso, desde su llegada al pabellón, mostrando sus dudas y su negativa a participar de la liturgia obligatoria hasta su conversión y aceptación final.

La disyuntiva de volverse evangelista o padecer la violencia de otras carceles parece ser de fácil resolución. Que más da que los hagan cantar loas a Jesus, Marduk o Zoroastro si eso les permite seguir viviendo. Pero la película de Hoijman deja entrever la trampa incluída en ese dilema, que excluye la libertad y pareciera no ser más que otra forma de extorsión.

Como señala Hoijman, " En esta cárcel, el sistema evangélico propone la salvación de un infierno terrenal, ya; no en un futuro incierto.”

14.10.09

El experto

Alguien dijo alguna vez que después de "Ghost Dog", de Jarmusch, y su retrato de un tragicómico grupo de mafiosos, ya no podían hacerse películas de mafia. En esa línea podríamos haber dicho que, después de los 9 Steps de "Little Miss Sunshine", nadie podía atribuirse, sin vergüenza, las dotes de gurú de nada. Pero el cine desmiente al cine. Hace algunos semanas se presentó, convocado por la Universidad de Palermo, el sr. Al Lieberman, oráculo de la industria del cine, para iluminarnos con sus predicciones y revelarnos la verdad acerca del negocio cinematográfico.

Entre la innumerable cantidad de tonterías que recoge de su exposición la última edición de Haciendo Cine, en gran Al dice que "Disney adquirió Miramax, ABC y ESPN hace muchos años, luego Pixar, y ahora Marvel, y tal vez otras compañías en el futuro" y que "éste es el mayor avance de la industria del cine", lo que nos hace pensar en el tamaño de los retrocesos...(más adelante dice también que "Time Warner ha cerrado sus divisiones para el cine independiente", lo que no queda claro si es interpretado por el gurú como un adelanto o un traspié).

Por suerte para Lieberman, "el futuro del DVD todavía es muy fuerte", una declaración que debe llenar de esperanza a los dueños de Gativideo, LK-Tel, y todos los videoclubes cerrados de nuestro país. También dice que no cree "que las salas de cine necesiten ser salvadas aún". Claro, eso fué hace casi dos meses, cuando todavía el Gobierno de la Ciudad no había anunciado todavía que pensaba declarar "históricas" a las salas Atlas Santa Fé y Multiplex Belgrano para evitarles el pago del ABL y permitir que sigan funcionando.

Sí acertó Al cuando, consultado por el futuro del cine independiente, afirmó que "buenos films, especialmente provenientes de países foráneos, siempre tendrán una gran demanda". Los ducumentales austríacos podrían ser la excepción, pero las ficciones estadounidenses en general tienen buena convocatoria.

8.10.09

Esto ya pasó

Al igual que Honor de Cavallería y Big Bang Love, ESTO YA PASÓ fue una de las 12 películas que, en marzo de 2007, participaron del premio adquisición llamado Premio 791cine a la Innovación Artística, durante el festival de Mar del Plata. A diferencia de las películas de Miike y Serra, EYP ganó el premio y el consiguiente derecho a ser distribuída por 791cine en nuestro país.

Ya hablamos en su momento del surrealista momento de no-premiación, cuando Quintín no subió a dar el premio y la gente de programación del festival tampoco subió a recibirlo en representación de la película, solidarizandose con Quintín y 791cine, invitado y sponsor del festival censurados por capricho de la entonces vicepresidente del INCAA y hoy diputada María Lenz. Un momento que marcó el punto más alto de la no-relación de 791 con los festivales locales y, quizás también, el principio de un nuevo fin para el festival de Mar del Plata.

Horas antes del derrape oficial, el jurado había decidido premiar a EYP con la compra de sus derechos y un hermoso muñeco galáctico creado por el rosarino Román Vitali por sobre las películas de Takashi Miike, Albert Serra, Katsuhito Ishii, Nicolas Rey, Ernesto Baca, Apichatpong Weeresethakul entre otros. El año anterior la película había ganado también en el elegante festival de Viena.

Hoy la película documental y ficción de la austríaca Anja Salomonowitz acerca el tráfico de personas se estrena en Buenos Aires. Una muestra del lado duro de 791cine que, insólitamente, sigue aportando su granito de arena a la cartelera de nuestro país.

6.10.09

La Sociedad de la Nieve



"El drama no es elegir entre el bien y el mal, sino entre el bien y el bien." (Hegel)

“Todos tienen buenas razones para defender sus actos y, por consiguiente, sus vidas.” (Feinmann sobre Timote, su última novela).


Mañana se estrena La Sociedad de la Nieve, la última película del uruguayo Gonzalo Arijón que me hubiera gustado distribuir.

Como el amigo Gachot, Arijón genera una gran empatía con aquellos a quien filma, que luego comparte con su público. No hay revelaciones extraordinarias, no hay secretos develados. Solo una cámara invisible que logra que cada sobreviviente de la tragedia de los Andes se siente a hablar con emoción, como en familia, de sus extraños recuerdos. Y sobre todo del dilema moral, la antropofagia o la muerte, que cada cual explica a través de sus creencias religiosas (era un grupo mayoritariamente católico), su miedo a la muerte o simplemente por la voluntad de volver a ver a los suyos.

Entre los testimonios, unas escenas de ficción que en realidad parecen más bien oníricas, intentan recrear aquella realidad. El trabajo de edición entre imágenes actuales, documentos de archivo y estas nuevas escenas es probablemente lo más notable de la película.




Nota informativa 1: Agradezco a la distribuidora el haber dispuesto bandejas con medialunas para la prensa. Eso evitó que los críticos, algunos de ellos famélicos, reprodujeran antes de la privada lo que luego vimos en el film.

Nota informativa 2: Quisiera aclarar que la participación de mi hermano en esta película no debería restarle objetividad al posteo. De hecho siempre recomiendo ver El Padrino II, pese a es una película en la que mi hermano no trabajó y nunca elogié Dos Locos en el Aire de Palito Ortega, película en la que tampoco participó.

5.10.09

Mercedes



Como señala Diego Fischerman, la figura del cantante popular es compleja. No tiene el atractivo del artista secreto, ese que solo conmueve a un selecto grupo de iniciados. No requiere de intermediarios ni de manuales de instrucción ya que la relación con su público es directa y suele gustarle tanto a mi tía Chola como a mi amigo melómano, aunque este prefiera hablarme de Fischer-Dieskau que de Mercedes Sosa.

Los cantantes populares tienen además el talento de iluminar aquello que nunca habíamos detectado. Como Caetano que junto al amigo Morelenbaum logró alumbrar una canción menor como Un vestido y un amor, Mercedes Sosa ha salvado una cantidad casi infinita de canciones.

La Maza es sin duda una de ellas. Pese a la paciencia militante de mis amigos de la Fede, que invirtieron horas de explicaciones más o menos dialécticas sobre el significado oculto de esa dichosa herramienta, nunca me pareció más que un malentendido caribeño.

Hasta que la escuché cantada por Mercedes Sosa.


Grácia Sharly, Grácia León...

2.10.09

Los Abrazos rotos



En Arsénico y Encaje Antiguo, el clásico de Frank Capra, todo parece posible. El envenenamiento como forma de compasión, el entierro de cadáveres en el sotano de una agradable casa de familia, la falta absoluta de remordimiento por parte de las tiernas viejitas asesinas y sus diálogos inverosímiles con un cada vez más azorado Cary Grant. Todo es posible por obra de la luminosa gracia del director, condimento sin el cual el resto de las cualidades se disuelven como un Alka-Seltzer en las piletas de La Salada.

Como Capra, Almodovar posee ese condimento. Es además el autor de un mundo propio en el que las historias que nos propone pueden estar mejor o peor contadas pero logran, como aquellas comedias clásicas de Hollywood, el milagro de la liviandad. Sus obsesiones vuelven, con variantes como la relación padre-hijo que por una vez deja en segundo plano la de madre-hija o sin cambios como en el caso de Penelope Cruz que se transforma nuevamente frente a su cámara en Afrodita.

El resto de los actores, como siempre, brilla con luz propia. En particular Lluís Homar, el personaje principal, pero también Blanca Portillo o nuestra amiga Lola Dueñas, a cargo de otra de las eternas obsesiones del director.

En Página 12, el amigo Monteagudo rescata una escena magistral, sin duda la mejor de la película.