791blog

25.12.09

El socio del silencio

Mientras terminaba de colocar el Santo Asno en el pesebre que había armado en la chimenea de 791, perez recordó con nostalgia los ritos navideños de su infancia en el Hogar Escuela Ezpeleta de Bella Vista.

Para no ser menos y consustanciarnos con la fecha decidimos invocar un film navideño. O mejor dicho, un film que algo tiene de navideño. Se trata de El socio del silencio, policial redondo y algo amoral del ignoto Daryl Duke, que luego de conocer la gracia junto al excelente Elliott Mash Gould, desapareció de los lugares que frecuentaba para perderse en los meandros de la televisión y las series malas.

Levantemos entonces nuestra copa de sidra La Farruca junto al Papá Noel sicótico interpretado por el fabuloso Christopher Plummer, amigo personal de nuestro amigo Depan depan depan, y brindemos por la década del ´70, prolífica en grandes pequeñas películas olvidadas como El socio del silencio.

17.12.09

Las inolvidables y las otras

A tono con el blog de nuestra amiga Spectarice y con el recuerdo del inolvidable premio 791cine (en la foto se puede apreciar el emocionante cierre de la ceremonia con, en primer plano, el moño que cinefrick estrenó en aquella ocasión y justo detrás el amigo perez, algo tenso por tanta responsabilidad. Entre el público se destaca el amigo Z junto a una de las promotoras a quien le estaría solicitando su número de teléfono) y queriendo además adelantarme al legendario Top 10 que el amigo perez publica cada año a pedido de su reducido aunque muy activo público, decidí presentar lo que considero son las películas inolvidables y las otras, estrenadas este año, en fílmico, DVD, Vinilo o Power Point.

Y para diferenciarme completamente de ese famoso Top 10 y encontrar mi propio estilo, como siempre me aconseja mi maestro de luz Sri Sri Ravi Shankar, propongo un doble Top 5.

Las inolvidables

1. My Winnipeg, del chiflado Guy Maddin. Fabulosa, genial, inolvidable.

2. Del tiempo y la ciudad, documental crespuscular más o menos autobiográfico del gran Terence Davies. ¨el punto de partida no podría ser más local y, sin embargo –como sucede, por ejemplo, con el cine del japonés Yasujiro Ozu–, no podría ser, al mismo tiempo, más universal¨, resume de manera redonda el amigo Monteagudo.

3. El asaltante, opera prima de Pablo Fendrik. No es una crítica al sistema o un grito desgarrador sobre una sociedad que perdió el rumbo y se hunde en el delito. Es solo una buena narración muy bien filmada.

4. Conversación Nocturna, otro gran documental del amigo Gachot, esta vez sobre la lunar Martha Argerich, que tiene la habilidad de desaparecer frente a sus entrevistados y hacerlos brillar solos.

5. Entre los muros, película justa y bien filmada de Laurent Cantet, que evita el resaltador y la bajada de línea aunque no la desesperanza.


Las otras

1. Rodney, de Diego Rafecas, director tan intenso como Miguel Angel Solá aunque aún más seguro de si mismo.

2. Zack y Miri hacen una porno, del diletante y otrora brillante Kevin Smith, hoy transformado en una franquicia de si mismo.

3. Competencia desleal de Ettore Scola. Una película con resaltador, bajada de línea, cartón pintado y olor a naftalina.

4. Duplicidad de Tony Gilroy o como evaporar a un buen guionista y dos grandes actores como Julia Roberts y Clive Owen en una historia que se pierde en los laberintos de su propia destreza.

5. La frontera del alba, película con la liviandad del mercurio del veterano Philippe Garrel que se proyectó en el Bafici. Un ejemplo quimicamente puro de la parida francesa: La felicidad es un valor burgués.

14.12.09

Tren

Siento una gran envidia hacia el teatro independiente. No es una sana envidia sino un sentimiento bastante más violento, como el que me inspiraban mis compañeros de colegio cuando los veía jugar al fútbol con talento, cuando lograban que la pelota fuera más o menos hacia donde habían querido patearla. O como la envidia seca que sentía cuando otros compañeros entendían algo de las interminables cadenas de carbono espolvoreadas de hidrógenos, con las que una profesora necesariamente sádica llenaba el maldito pizarrón.

Buenos Aires es prolífica en salas de teatro independiente. Basta mirar la página de Alternativa Teatral para descubrirlo. Hay salas off, off-off y off-off-off en cada barrio. Y sobre todo, hay público para llenarlas, lo que es justamente la razón de mi envidia.

Los argumentos del amigo perez, un insider de las tablas, sobre las pocas funciones de las salas de teatro (frente a las muchas de las salas de cine) o sobre la falta de piratería en ese medio(es cierto que no se puede conseguir Tren en ningún mantero de la calle ni tampoco bajarla de la red) que justificarían una cantidad de público superior al del cine independiente, solo potencian mi envidia poco sana.

El teatro Anfitrión forma parte de ese universo y entre otras obras propone la excelente Tren de Piel de Lava, un grupo de cuatro actrices muy jóvenes y con mucho talento (lo contrario exacto de nuestro nuevo ministro de educación) que proponen un extraño viaje hacia algo que parece ser un congreso de evangelistas o testigos de Jehová. Los diálogos son filosos, los personajes tienen un humor brillante que evita la trampa de la risa resaltada y el cascoteo tinellesco a los más frágiles. Mariano Llinás y Agustín Mendilaharzu realizaron el video que acompaña la obra y que logra darle otra dimensión a la escena, expandiéndola.

En la entrada del teatro hay un bar. Si uno toma la precaución de llegar antes, como hicimos nosotros con el amigo S, se puede incluso disfrutar de una copa de vino. Razón adicional que aumenta la envidia nada sana de la que venimos hablando.



Funciones en el Teatro Anfitrión, Venezuela 3340, los viernes a las 21 (entradas: 15 y 25 pesos). Reservas: 4931-2124.

7.12.09

El ausente



En el marco de nuestra infatigable lucha contra el optimismo bobo y la felicidad sin causa, ofrecemos a nuestros miles y miles de fans (1) a la Grande Sophie, una de las estrellas más recientes del firmamento de la Chanson Française, colectivo musical que según mi amigo Bubi no canta sino que habla.

La canción, un remedio contra cualquier brote de alegría, de esos que hay que combatir desde la melancolía más intransigente es Dis, quand reviendras tu?, de la maravillosa Barbara. Tal vez ella le hablara a su padre, el gran ausente de su vida, aunque podría ser también una canción de amor no correspondido, una pregunta retórica sobre la juventud que se escurre o más cerca de nosotros, la duda del distribuidor de cine independiente frente a la desaparición de su público.



(1): Ayer en una excelente parrilla de Palermo, cuyos dueños orientales sostienen sin ninguna prueba documentada aquella teoría alocada sobre el nacimiento de Gardel en Tacuarembó, me encontré con el amigo Nicolás K, quien me comentó que seguía el blog con pasión de jesuita, pese a no serlo y a no dejar nunca ningún comentario. Eso restableció la confianza en nuestro poder de convocatoria. Los fans son miles, pero no dejan rastro.

2.12.09

A prueba de muerte



Tarantino no es un remedio a la melancolía aunque sin duda es un buen argumento en contra de los que sostienen que la melancolía paraliza. Como Obelix con la poción mágica, Tarantino se cayó de chico dentro de una marmita de películas asiáticas de bajo presupuesto y películas norteamericanas de los ´70 de presupuesto aún menor.

A prueba de muerte es un excelente ballet mecánico, como escribe el amigo Monteagudo, que rescata el estilo de aquellas películas, entre road movies y gore. No lo hace con las pinzas de la segunda lectura, esa maldición del cinismo cool, sino que se zambulle en su enamoramiento y logra meternos dentro. Más allá de guiños como las rayas en la filmación y los cortes abruptos, lo que agradecemos es el entusiasmo del director, que logra incluso que dudemos sobre si no vimos A prueba de muerte de chicos, en el cine Roxy o en el Electric, en programa doble con La venganza de la araña gigante o Bienvenidos al valle de la muerte.

No dejen de alquilarla. Al menos para gozar junto al amigo Kurt Snake Plissken Russell del Lap Dance que le dedica la inquietante Vanessa Ferlito.