791blog

22.1.10

El futuro nunca llega

En una de las versiones cinematográficas de La máquina del tiempo de H. G. Wells, creo que de los años cuarenta, el protagonista viaja a los ´60. En esa época la gente se pasea disfrazada de cosmonautas, viajando en vehiculos voladores y circulando por largas pasarelas entre inmensos rascacielos. Lo sorprendente es que tanto el guionista como los espectadores no fueran algo escépticos sobre la posibilidad de que el mundo cambiara tan radicalmente en apenas veinte años. Aunque basta mirar las ilusionadas tapas de Mecánica Popular para darse cuenta que el optimismo sobre un cambio tan radical como positivo era moneda corriente en aquellos años de certezas.

Viendo la trilogía de Regreso al futuro con mi hijo de 5 años, a quien los ´80 le parecieron tan remotos como a mí el neolítico, sentí la misma sorpresa. En el segundo capítulo de la saga el protagonista viaja unos años más tarde (o unos años antes, ya no recuerdo) de su presente ochentoso. El mundo, por un error involuntario de su parte, cambió drásticamente y es un gran terreno baldío en el que solo ocurren tragedias sin nombre como por ejemplo que una familia negra ocupe su casa familiar.

El futuro, el verdadero, suele vengarse de las visionarios que imaginan grandes progresos o terribles catástrofes, eligiendo por lo general la más cruel de las utopías: duplicar el tedio del presente.

16.1.10

La princesa, el sapo, John y el Diablo.

En un muy recomendable documental sobre Pixar, el gran John Lasseter habla de sus comienzos turbulentos como animador en Walt Disney (que se dió el lujo de echarlo) hasta la realización del gran sueño del estudio propio. Lo que la película intenta demostrar es que la materia prima de Pixar, desde Steve Jobs, el generoso inversor inicial, hasta los socios o el último de sus empleados, es la pasión. Todo parece negociable salvo la falta de ese condimento.

Luego de una relación tumultuosa con la gran corporación fundada por Walt el freezado, Lasseter logró disfrutar de lo que probablemente él consideró una dulce venganza al ser nombrado consejero artístico de la empresa que lo había despedido.

La princesa y el sapo, película mediocre que condensa todos los vicios de Disney que Pixar siempre buscó evitar como la peste, desde canciones melosas, personajes almibarados hasta ideologías reaccionarias espolvoreadas en este caso con un poco de Cabaña del tío Tom es la segunda obra realizada por Lasseter desde su nuevo rol. La animación es penosa y hace pensar en esas segundas películas que Disney siempre realizó para salir directo a video (Mulan II, El regreso de Jafar...etc), como si el servicio comercial hubiera decidido obviar las primeras películas, mejores pero más caras y vender desde el inicio basura barata.

Al ver La princesa y el sapo, luego de haber padecido Bolt, el otro hijo bobo del creador de Pixar, es difícil no pensar que el nombramiento de Lasseter fue efectivamente una venganza, pero de Walt.

15.1.10

791 cumple


15 de enero 2005 ------------------>15 de enero 2010

5.1.10

de América



¨...y en la NOCHIE larga un grito de AYUDIA que se escuchará
Dame fuego, dame, dame fuego
dame fuego, dame, dame fuego
dame fuego, dame, dame fuego
dame el fuego de tu amooooooooooooooooooooooooooooooooooooor.¨


Aclaración: Hasta el final intentamos negociar. Ofrecimos enviar en su lugar a Palito Ortega, a Joaquin Sabina e incluso al cardinal Bergoglio que sin ser un gran cantante es sin duda un hombre muy vinculado. De manera espontánea, Cacho Castaña se ofreció a ocupar su lugar, dispuesto a todo para volver a la tapa de los diarios aunque solo fuera por un día. Prometimos no cantar más Rosa, Rosa en la ducha ni ponernos a bailar frenéticamente al primer acorde de Dame el fuego de tu amor. Cinefrick movió algunas influencias y la Amiga de la casa prometió presentar una recusación formal o al menos apelar la decisión.

No logramos conmover a los de arriba.